jueves, 19 de diciembre de 2019

El cuento de la niña y el cubo de agua





Pequeños conatos de incendio empezaron a producirse en el gran bosque de la comarca. Los ingenieros forestales llevaban ya tiempo advirtiendo que ese gran bosque no se estaba gestionando bien, y que cualquier día empezaría a arder y, entonces, sería ya muy difícil, si no imposible, parar un incendio forestal de graves consecuencias para toda la zona. Al principio, los alcaldes de la comarca no echaron mucha cuenta, pero ante los informes cada vez más contundentes de los ingenieros, decidieron reunirse para afrontar la cuestión. Años tras año se reunían, y hasta consiguieron ponerse de acuerdo en que el peligro era grave y había que afrontarlo antes de que fuera tarde… pero no se ponían de acuerdo en cuanto dinero debía aportar cada ayuntamiento para llevar a cabo esa labor.


A finales de 2019 los alcaldes estaban de nuevo reunidos en solemne sesión en un gran salón de la Villa y Corte. Gentes venidas de toda la comarca aguardaban expectantes en la plaza contigua, esperando que, tras esta reunión, por fin se pusieran a trabajar para poner freno a la grave amenaza… Pero entonces llego una niña, rubia y con trenzas, con un cubo de agua en la mano; con cara de enfadada, dijo a los alcaldes: “Tenéis que actuar ya”. Las primeras gentes que la oyeron, aplaudieron con simpatía a la decidida joven; pronto algunos empezaron a llamarla heroína, y la subieron a lo alto de un gran pedestal que había en el centro de la plaza; pero pronto también, otros de los presentes empezaron a cuestionar que la niña estuviera en lo alto de ese pedestal: que si quién era ella, con apenas 16 años, para dar lecciones a nadie; que si debía estar estudiando en vez de hablar en público con un cubo en la mano; que si era una “niña bien” de padres acomodados… Las afirmaciones sobre la niña fueron subiendo de tono: que sus padres la estaban manipulando y aprovechándose de ella, que el cubo se lo había regalado una multinacional con oscuros intereses, que por qué llevaba para apagar un incendio un cubo de plástico si éste es un material inflamable, etc., etc.  Conforme aumentaba el nivel sonoro de las afirmaciones de las gentes, disminuía el nivel intelectual de las mismas, hasta llegar a ofensas totalmente denigrantes contra la niña, que no es posible reproducir en un cuento infantil como éste.


Cuando las gentes se cansaron de discutir sobre la niña, y los alcaldes salieron para anunciar solemnemente que habían llegado al acuerdo de… volver a reunirse el año que viene, el aire se inundó de un fuerte olor a chamusquina. Todos subieron a un cerro y miraron hacia el bosque…, pero ya no lo vieron: había desaparecido totalmente devorado por las llamas mientras ellos estaban discutiendo en el salón y en la plaza.


Entonces, la niña de las trenzas se volvió a su casa con más cara de enfadada que nunca, los alcaldes volvieron a sus pueblos cabizbajos y procurando pasar desapercibidos, y las gentes de la comarca cayeron en la cuenta ahora que ya no podrían ir al bosque a recoger leña, piñas, setas o frutos silvestres; hasta los cazadores comprendieron que ya no tendrían dónde ni qué cazar; y los que nunca salen del pueblo y siempre están en el casino local, se darán cuenta el próximo verano que ya no volverán a jugar al dominó en la terraza pues, privados de la fresca brisa que llegaba del bosque, el calor será insoportable.


¿Y el cubo? Acabó refrescando la cabeza de serrín del alcalde de una de las villas más importantes de esta comarca llamada… Tierra.


Pablo José Romero Gómez

Créditos de las imágenes:
- Incendio forestal: Ylvers en Pixabay.
- Monte quemado: Josep Monter Martinez en Pixabay.

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