domingo, 17 de diciembre de 2017

La vida y el naturalista de campo



Se acerca a dos millones el número de especies de seres vivos descritas  hasta ahora por los biólogos, aunque se supone que quedan aún muchas más -quizás varios millones- por descubrir y describir. El mero observador ocasional del entorno que le rodea, el aficionado a la naturaleza que con sana curiosidad sale a su encuentro cuándo y dónde tiene ocasión, y aún el avezado naturalista de campo pateador de mil caminos y rastreador incansable del medio natural por tierra, agua o aire, pueden sentirse todos ellos abrumados ante esta desbordante diversidad con que se manifiesta la vida en nuestro planeta.  

Se hace pues tarea imprescindible, aunque ardua, clasificar y dividir esta inmensidad de formas de vida en agrupaciones que permitan abordar su estudio y conocimiento. La tradicional división de los seres vivos en dos grandes reinos, vegetal y animal, estudiados respectivamente por la botánica y la zoología, está ya ampliamente superada, pero la cuestión de la división en grupos de los seres vivientes y de las relaciones entre ellos sigue siendo materia de discusión y controversia entre los biólogos.

Una clasificación reciente de los organismos vivientes, el Sistema del Catálogo de la Vida (2015), considera siete reinos, agrupados en dos superreinos: Prokaryota (procariotas) y Eukaryota (eucariotas). El primero incluye a todos los organismos constituidos por células que presentan su ADN libre en el citoplasma, ya que carecen de núcleo celular, mientras que el segundo agrupa a los organismos formados por células con núcleo verdadero. El superreino Prokaryota incluye dos reinos, Archaea (arqueas) y Bacteria (bacterias). Aunque ambos están compuestos por organismos microscópicos, no observables a simple vista ni -generalmente- detectables por el naturalista de campo, los aficionados a la observación de la naturaleza deberían saber al menos que existen y que también forman parte importante de la vida en la Tierra. No obstante, hay algunos representantes de estos reinos cuyas colonias (agrupaciones formadas por millones de individuos unicelulares microscópicos), son perfectamente visibles para el ojo humano y es posible encontrarlas con relativa facilidad en aguas dulces y sitios muy húmedos. También hay casos en que, aunque no podamos observar a simple vista los individuos o sus agrupaciones, si son visibles los efectos de su actividad biológica, en forma de coloraciones singulares -a veces espectaculares- que otorgan a las aguas, suelos o rocas en los que habitan. Por todo ello se merecen que se les dedique algún espacio en este cuaderno de bitácora para observadores de la naturaleza, y en breve pretendemos ocuparnos de ellos en un artículo.

El otro superreino -Eukaryota- es dividido por el citado Sistema del Catálogo de la Vida en cinco reinos, a saber: Plantae (plantas), Chromista (cromistas), Protozoa (protozoos), Fungi (hongos) y Animalia (animales). En todos ellos podemos encontrar especies visibles por el ojo humano, y por ello de interés para el naturalista de campo y el observador aficionado de la naturaleza, con las que nos podemos topar en nuestros recorridos por el campo como senderistas o naturalistas; pero son sin duda las numerosísimas y enormemente variadas especies macroscópicas de plantas, hongos y animales las que acaparan la mayor parte de la atención de los aficionados. También son estos tres reinos los que comprenden la porción mayor de la biodiversidad conocida y catalogada, pues el número de especies animales descritas se acerca al millón y medio (de ellas, un millón son de insectos), el de plantas más de trescientas mil, y el de hongos en torno a las cien mil, mientras que entre cromistas y protozoos agrupan algo más de cincuenta mil especies. Estos números son aproximados, dado que continuamente se describen especies nuevas y se revisan especies ya descritas, y en algunos grupos podrían ser mucho mayores en la realidad. En sucesivas entradas de este blog pretendemos ir acercándonos a algunos de los innumerables representantes de este superreino.

Además de los siete reinos citados, el Sistema del Catálogo de la Vida considera un octavo grupo, Viruses (los virus), pero existen opiniones dispares entre los científicos sobre si los virus pueden considerarse o no seres vivos. Los virus son entidades no ya microscópicas, sino submicroscópicas, pues en su inmensa mayoría no son ni siquiera visibles al microscopio óptico; no obstante, dado que infectan a todo tipo de organismos vivos, a veces son visibles sus efectos en animales, plantas u hongos. Así, el virus del mosaico del tabaco (el primer virus descubierto) produce manchas características en las hojas de la planta del tabaco y de otras plantas solanáceas.

Pablo José Romero Gómez

Créditos de las imágenes:
  1. Mariposas. By Gellinger [Creative Commons CC0], via Pixabay.
  2. Martín pescador. By timoschluter [Creative Commons CC0], via Pixabay.
  3. Río Tinto (Huelva, España). By Riotinto2006 (Own work) [Public domain], via Wikimedia Commons.
  4. Mantis religiosa. By WikiImages [Creative Commons CC0], via Pixabay.
  5. Hoja de planta de tabaco afectada por el virus del mosaico del tabaco. By R.J. Reynolds Tobacco Company Slide Set [Public domain], via Wikimedia Commons.

jueves, 7 de diciembre de 2017

La auténtica fresa de Huelva



Desde hace varias décadas se ha extendido espectacularmente por la provincia de Huelva -fundamentalmente por su parte sur- un cultivo que ha llegado a adquirir una enorme importancia para la economía provincial. Nos referimos a la conocida “fresa de Huelva”.
 

Sin embargo, hablando con propiedad, hay que decir que esta internacionalmente famosa fresa de Huelva... ni es fresa ni es de Huelva, aunque hay que añadir a continuación que la fresa de Huelva existe, pero -aunque a muchos les resulte sorprendente- vive exclusivamente en la comarca serrana de esta provincia andaluza.
 


En efecto, lo que se cultiva a gran escala en la provincia onubense es el fresón (Fragaria x ananassa), un híbrido de grandes frutos obtenido por los horticultores de los Países Bajos a partir de dos especies americanas del género Fragaria, concretamente Fragaria virginiana y Fragaria chiloensis. Actualmente existen muchas variedades de cultivo del fresón, incluyendo algunas de fruto blanco.
 


Como el fresón es una fruta que no se conserva mucho tiempo, su producción masiva con fines de exportación solo fue posible cuando se desarrollaron ampliamente las redes de transporte rápido a grandes distancias. De ahí el impresionante crecimiento de este cultivo en las últimas décadas -la producción mundial de fresón se incrementó unas veinte veces entre 1948 y 1997-, convirtiéndose la provincia de Huelva en uno de los principales productores de esta fruta a nivel mundial.
 


Frente a la arrolladora difusión por los campos onubenses de este fresón de antepasados americanos y cuna holandesa, la auténtica “fresa de Huelva” vive y crece, de forma más que discreta, en unos pocos lugares de la comarca serrana que ocupa el norte de la provincia. Se trata de la fresa silvestre (Fragaria vesca), una especie nativa que crece espontáneamente en ciertos enclaves húmedos y sombríos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
 


La fresa silvestre es una especie ampliamente extendida por el hemisferio norte de nuestro planeta. En la península Ibérica es frecuente en el norte, pero se va haciendo más rara a medida que nos desplazamos hacia el sur, donde sólo vive en algunas áreas montañosas y frescas. Así, en Andalucía occidental sólo se encuentra en estado silvestre en la serranía onubense y, más rara y localizada, en la Sierra Norte sevillana, habitando en estas áreas andaluzas en lugares sombríos, a menudo en el interior de bosques de hoja caduca.
  


Los rojos frutos de estas plantas montaraces son pequeños, de apenas un centímetro de diámetro, pero muy sabrosos y aromáticos, superando con creces en estas cualidades a los fresones cultivados. No es fácil encontrar estas fresitas en el campo, ya que a su pequeño tamaño se une el hecho de que suelen esconderse bajo las hojas -éstas de color verde brillante, con tres hojuelas y un largo rabillo que sale casi desde el suelo-. Pero si tenemos la buena vista -o la suerte- de encontrarlas, podremos disfrutar del efímero placer de paladear su delicado y exquisito sabor.
 


Al coger fresas silvestres debemos poner un especial cuidado en no dañar a las plantas madres, para que así todos podamos seguir disfrutando de la presencia, en los bosques más húmedos y sombríos del norte de la provincia de Huelva, de esta humilde pero agradable planta y del refinado sabor de sus pequeños frutos encarnados.



Pablo José Romero Gómez

Créditos de las imágenes:
  1. Fresón, Fragaria × ananassa. By Benjamint444 (Own work) [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html) or CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/)], via Wikimedia Commons.
  2. Fresones en cajas, Fragaria × ananassa. By 4028mdk09 (Own work) [CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons.
  3. Fresones sobre cajas, Fragaria × ananassa. By MabelAmber [Creative Commons CC0 (https://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/deed.es)], via Pixabay.
  4. Fresa silvestre, Fragaria vesca. By LalalaB [Creative Commons CC0 (https://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/deed.es)], via Pixabay.
  5. Fresa silvestre, Fragaria vesca (lámina botánica). By O. W. Thomé (1885) [Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9172], via Wikimedia Commons.  
  6. Fresa silvestre, Fragaria vesca (frutos). By RhinoMind (Own work) [CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons.

martes, 5 de diciembre de 2017

Radiografía de una guía de senderismo y naturaleza


"Caminos y Naturaleza en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche" es una completa y práctica guía de senderismo y observación de la naturaleza centrada en la comarca serrana andaluza del mismo nombre. Incluye veintiséis itinerarios a pie, detalladamente descritos y acompañados de planos; veinte fichas de identificación de flora, fauna y elementos geológicos; y una amplia información útil para senderistas y amantes de la naturaleza. Consta de 600 páginas repartidas en dos volúmenes profusamente ilustrados, de 240 y 360 páginas respectivamente.

Es obra del biólogo Pablo José Romero Gómez y ha sido publicada por el Grupo de Desarrollo Rural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, con sede en Aracena (Huelva), pudiendo adquirirse en las principales librerías españolas.

Además, el libro tiene su propia página -con cerca de un millar de seguidores- en la red social Facebook, y cuenta, desde este año 2017, con el presente blog mediante el que pretende actualizarse, ampliarse, y aún extenderse más allá de sus límites temáticos y geográficos iniciales.

viernes, 13 de enero de 2017

Todo empezó con un libro


En la Comarca de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, al occidente de Sierra Morena, en una esquina de Andalucía, una espesa maraña de caminos rurales -algunos milenarios- surcan paisajes diversos, a menudo sugerentes y casi siempre arbolados. Paisajes manejados por el Hombre desde hace siglos, pero donde la Naturaleza aún se manifiesta con sorprendente vitalidad y riqueza, conformando una especie de “bosque habitado”, transitable y a la vez fascinante, que este libro, “Caminos y Naturaleza en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche”, trata de ayudar a conocer, valorar y disfrutar.

A lo largo de sus dos volúmenes -con vocación de acompañar al caminante y curioso observador de la naturaleza en sus excursiones por la Comarca- se ofrecen tanto las claves básicas para descubrir y entender esa naturaleza cercana -pero a menudo desconocida- como un amplio repertorio de itinerarios a pie por caminos de toda la geografía comarcal. En éstos, además de disfrutar del puro placer de caminar, el lector puede ir descubriendo múltiples facetas del mundo mineral, vegetal y animal que palpita -a veces discretamente, otras con indisimulado esplendor- en estas serranías aún boscosas del suroeste ibérico.

El autor del libro, Pablo José Romero Gómez, nacido en 1961 y Licenciado en Ciencias Biológicas, prefiere definirse como senderista, naturalista y serrano. Se considera aprendiz de casi todo y maestro de casi nada, así como fuertemente arraigado en la Sierra donde se crio y en la que desenvuelve hoy su vida. Es autor de “Andar por la Sierra de Aracena” (1991, dos ediciones) y de este “Caminos y Naturaleza en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche” (2007).

martes, 10 de enero de 2017

Bienvenida


Os damos la bienvenida a este nuevo cuaderno de bitácora o "blog" sobre naturaleza y caminos; sobre senderismo y observación, descubrimiento y disfrute de la naturaleza en sus más diversas facetas. Esperamos sea útil y de vuestro agrado. Estamos abiertos a vuestras aportaciones, comentarios y sugerencias. Empezamos...